miércoles, 20 de noviembre de 2013

Padre Pepe y el Poligono industrial Don Bosco

Padre Pepe ayudando a los jóvenes que desean superarse.

Una persona que ayuda a los demas para su propia felicidad.


Padre José María Moratalla,
"Si el desarrollo es solamente propiedad de una elite no es desarrollo. Tenemos que comprometernos todos como sociedad para posibilitar que aquel que tiene talento pueda cultivarse. No hay derecho que los jóvenes no puedan desarrollar todos los talentos que ellos tienen", así lo afirmó el sacerdote José María Moratalla, director del Polígono Industrial Don Bosco.

Este sacerdote salesiano, mejor conocido como el "Padre Pepe", será nombrado hoy por la noche Miembro Honorario 2012 de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Este reconocimiento le será otorgado por sus méritos personales y por su compromiso para promover el desarrollo económico de los salvadoreños.

"Yo diría que es este es un reconocimiento a la obra salesiana. Yo aquí en el Polígono Don Bosco retomé el trabajo que otros salesianos habían iniciado... Dios quiera que este nombramiento por parte de Fusades al final se convierta en la necesidad de unir la educación con la empresa", manifestó el sacerdote y director del Polígono Industrial Don Bosco.


El padre Pepe, sacerdote con un carisma emprendedor, llegó a El Salvador en 1985 con la visión de replicar el modelo de San Juan Bosco. Bajo ese carisma de servicio y viendo las necesidades de muchos jóvenes de zonas marginales y expuestos a altos niveles de violencia y delincuencia inició en 1987 el proyecto del Polígono Industrial Don Bosco en la comunidad Iberia, una de las zonas más conflictivas de la capital.
En la actualidad el padre Pepe ha logrado convertir lo que lo que era un basurero en la comunidad Iberia en un semillero de empresarios.

"Lo primero que hicimos durante varios años fue enviar a grupos de jóvenes a comunidades a España —al principio sin educación—. Los enviamos a varias empresas. Ahí aprendían lo que era una empresa, y luego venían aquí para intentar replicar esa experiencia", explicó Moratalla.

Según el sacerdote, con estos jóvenes de las comunidades se logró formar un grupo de empresas e iniciaron todo un modelo educativo, que es el que se encuentran aplicando en la actualidad.

"Montamos un grupo de empresas y empezamos un proceso educativo que finalizará en una empresa. Ahora estamos todavía en esa fase, generando empresas y al mismo tiempo queremos crear una carrera universitaria", añadió Moratalla.
Actualmente en el Polígono existen nueve microempresas de calzado, carpintería, serigrafía y panadería. Y otras más especializadas como el taller de reciclaje de plástico, imprenta, metal-mecánico y matricería computarizada.

Además ahí se encuentra el Instituto Técnico Obrero Don Bosco, donde se busca formar esas "incubadoras de empresas", dándole formación técnica a niños y jóvenes y adultos, a fin de potenciar su talento empresarial a través de la expresión artística y el conocimiento en áreas de finanzas y economía.

"Nosotros queremos dar una oportunidad para aquel que quiera asumirlo", dijo.


Uno de los proyectos que se encuentra preparando es una orquesta sinfónica juvenil con alumnos de 40 escuelas públicas.

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